«Les Enramaes de la Mare de Déu»

parroquia nules san bartolome y san jaime campanas enramaesLa religiosidad popular es una manifestación más de la fe, y tiene sus raíces en profundas creencias y convicciones religiosas. Es la manera de manifestar el pueblo llano su confianza y esperanza, su petición de auxilio o su agradecimiento, directamente o por medio de al Virgen y los santos, al Altísimo.

Era costumbre en algunas poblaciones, y en algún caso aún se conserva, que durante el mes de Mayo los jóvenes enramaran las puertas de sus prometidas, bien esparciendo hojas de plantas odoríficas y flores, bien plantando incluso un árbol que se adornaba y era conocido como «mayo».

El mes de Mayo tradicionalmente la Iglesia lo dedicaba a Nuestra Señora. Se engalana el altar de la Purísima e incluso en algunos domicilios se montaba el propio “mayo” o altar domestico.

Algunas de estas costumbres también se celebraban en nuestra población, pero sobre todas ellas Nules conservó hasta bien entrados los años 60 una tradición que le singularizaba entre las poblaciones de la zona.

Durante el mes de mayo, en las tardes de los últimos días de cada semana, los jóvenes solteros recogían en los campos del termino municipal flores plantadas para la ocasión u otros fines; luego se reunían en la iglesia de la Sangre, donde montaban unas andas con figuras alegóricas a los atributos o alegorías a Nuestra Señora, formadas por flores y ramas de plantas. El anda se coronaba con una imagen de Nuestra Señora del Rosario.

Dichas andas eran procesionadas, en las tardes de los domingos, por los nulenses por las calles de la villa y arrabales de la población; los files que asistían a dichas procesiones durante el recorrido compaginaban el rezo y canto del Santo Rosario.

Cada domingo la «enramà» que se procesionaba era diferente, saliendo de la capilla de la Sangre, conocida hoy en día como de la Soledad, y recorriendo un itinerario distinto, de tal manera que al finalizar el mes de Mayo la practica totalidad de las calles de la población habían sido visitadas por la procesión de Nuestra Señora.

Además de la “enramà” dedicada a la Virgen, se procesionaba otra más pequeña en la cual se colocaba una imagen del Niño Jesús, que al finalizar la procesión se sorteaba entre aquellos asientes que habían comprado boletos, con ello se ayudaba a colaborar en el mantenimiento de la fiesta.

Vicent Felip Sempere, Cronista Oficial de la Vila